viernes, 22 de mayo de 2015

Pusilánime #11

Como todo lo relativo al celuloide y los soportes analógicos, desde hace años la profesión de farero parece condenada a desaparecer, pero ajeno a ello, cada noche el haz de luz del faro barre impasible mar y costa, una imagen que siempre me ha hecho pensar en un gigantesco proyector de cine desencadenado y en sesión continua.
En 2012 viajé, muy bien acompañada y recién enamorada, a la pequeña isla de Sálvora, en las Rías Baixas (Galicia), donde mi tío Julio trabaja como farero desde hace 35 años. Entre charlas, comidas y paseos, filmé en un par de rollos de súper 8 el mar y las gaviotas, las enormes rocas erosionadas por el viento, el camino que conduce del puerto al faro, los prismas de cristal de la óptica giratoria, las habitaciones y los curiosos objetos que hay en ellas. A la vuelta del viaje, con acordes aprendidos de mi tío, JC escribió esta canción, “La isla”, y algunas de las imágenes que yo había filmado, una vez telecinadas, se plegaron a ella como un guante, narrando nuestra llegada y el descubrimiento entusiasmado de ese lugar mágico.
Tiempo después se me ocurrió escanear las tiras de fotogramas para así poder ver las imágenes ampliadas y congeladas, cosa que el proyector de cine no permite (al detenerlo, la bombilla se apaga automáticamente, pues de no hacerlo, la imagen ardería al instante). Además de la perforación lateral de la película y las anomalías y veladuras que el ojo no capta durante la proyección, los escaneados permiten también observar el lugar en el que se tocan dos planos, la frontera entre dos tomas editadas en cámara, donde en ocasiones se generan collages involuntarios e insólitos. 
Para la preparación de este proyecto, el número 11 de la serie Pusilánime, imprimí en primer lugar los fotogramas ampliados y a continuación reproduje en cierto modo el proceso de montaje de película de cine, es decir, el corte y el empalme, sólo que en este caso con tijeras y pegamento, instrumental y soporte (el papel) que me resultan más familiares y accesibles gracias a mi práctica habitual de collage analógico. Seleccioné y reordené así los materiales buscando generar, por un lado, una mínima narrativa y, por otro, componer rimas entre series de imágenes fijas a partir de relaciones basadas en los colores, las formas, los materiales y también lo que cada imagen significa para mí en un terreno puramente subjetivo. 
Para el reverso del desplegable, pedí a mi tío que seleccionara algunas anotaciones representativas de los libros de servicio del faro. Si hasta su llegada a la isla estos manuscritos sólo habían servido para reseñar averías o incidencias laborales, a partir de entonces se convirtieron en un fascinante cuaderno de bitácora para la expresión libre, informal y muy imaginativa de sucesos diversos, y un nexo de comunicación entre los tres escritores sucesivos que se encargan del faro. 
+ info: www.coleccionpusilanime.blogspot.com.es

Muchas gracias a Marta y Sergio por invitarme a participar en su precioso proyecto editorial y por su ayuda en hacerlo realidad. A mi tío Julio por todos los momentos que hemos pasado juntos en Sálvora y por sus escritos, sin los cuales este proyecto estaría cojo o manco. Y a JC por ser la estrella paciente de mis películas y por sus canciones.